Claudia Piñeiro festejó el éxito de su novela en una entrevista abierta con sus lectores en la Feria del Libro.
“Para mí es precioso estar presentando un libro que sigue vivo”, dijo Claudia Piñeiro sobre la novela “Las viudas de los jueves”, a diez años de su publicación en una entrevista abierta que tuvo lugar esta tarde en la sala Javier Villafañe de la Feria del Libro.
Acompañada por la periodista Florencia Etchevez y el escritor y guionista Marcelo Figueras, la autora fue decantando -para el público que llenó la sala- el itinerario de este libro (Alfaguara) traducido a varios idiomas, cuyo argumento impacta por lo certero al recrear una clase social, y una época, la de los años ’90.
La visión de un barrio cerrado en plena crisis del 2001, la decadencia de una clase social y una pátina policial que se acomoda a esa ajustada descripción de un mundo encerrado entre muros, donde todo puede desmoronarse de un momento a otro, caló muy fuerte en el imaginario de sus lectores.
Figueras, que adaptó el guión para la película (una coproducción entre Argentina y España) dirigida por Marcelo Piñeiro, resumió las características de la trama, situada en el country “Altos de la Cascada”, donde el policial se funde con el costumbrismo y el realismo social en una escritura que fluye con sencillez.
-¿Cuál fue la idea gestante, el embrión de esta novela?, preguntó Etchevez.
-Voy a contar una precuela -confesó Claudia- que no había revelado antes y que se relaciona con un cuento de Cheever, “El nadador”, donde a un tipo le habían rematado la casa, vivía en un barrio cerrado y fue pasando de pileta en pileta. Y la imagen de alguien que aparecía flotando en una pileta, fue la primera que tuve de este libro, imaginado como una miniserie donde cada capítulo se cerraba en sí mismo.
En esa época, recordó Piñeiro, iba al taller de Guillermo Saccomanno, quien “quiere sacar buenos escritores y no perder el tiempo y yo le parecía alguien que estaba ahí por hobby. Así que intentó que cambiara mi punto de vista de cómo arrancar con la novela”.
“Sabés qué pasa -me decía- vos tenés que escribir de las señoras”, y yo estaba dispuesta a hacerle caso, por eso es una novela hecha a pedido de mi maestro.
Sobre la contemporaneidad de “Las viudas de los jueves”, Figueras recordó lo ocurrido días atrás en Costa Salguero, una fiesta electrónica que tuvo como saldo la muerte de cinco jóvenes.
“La fiesta ‘Time warp (deformación del tiempo) esa idea -subrayó- de retorcer determinados datos de la realidad que se dan en espacios como esos”.
Piñeiro no estaba segura de presentar esta novela al Premio Clarín (2005) y Saccomanno le dijo: “La vas a terminar y a presentar, te la van a publicar y nosotros no vamos a saber quién mató a Marta García Belsunce”.
Con el tiempo, contó la autora de “Elena sabe”, “Tuya” y “Las grietas de Jara”, entre otras novelas, se fue enterando de los entretelones que se suscitaron desde que fue elegida como una de las diez finalistas.
“José Saramago, que presidió el jurado, llegó y comentó ‘ya tenemos la ganadora’, estaba seguro que tenía que ser mi novela, mientras Rosa (Montero), me sugirió que acortara el final, un buen consejo”, deslizó la escritora.
La charla continuó y hasta muchos de los seguidores de la escritora se animaron a hacer sus preguntas. Una joven quiso saber qué la llevó a escribir: “La escritura es algo ontológico, es parte de lo que somos, no podríamos serlo sin sentarlos todos los días a batallar con las palabras”.